miércoles, 22 de septiembre de 2010

"Lea: ¡Me robaron!, dale gracias a Dios estás vivo, por Ysbelsy Hernández

Cuando el hampa en alguna de sus crecientes modalidades nos toca de cerca un temor inmenso nos embarga, la impotencia recorre nuestro ser, deseos bajos de venganza aparecen en nuestra mente y el agradecimiento al Todopoderoso expresan nuestros labios al sabernos salvos.

Lo insólito es que lo extraordinario se esté volviendo cotidiano, ir a un centro comercial a pasear un rato con tus hijos genera un estrés tal como si estuvieras en un campo minado: "no me sueltes la mano, no te alejes, agarra la cartera, ese pasillo está solo, échale un ojito al carro", las típicas salidas familiares se han convertido en una angustia colectiva a la hora de recrearse.

Lo peor, no sé si por atracción, casualidad, o porque definitivamente la delincuencia está con el moño suelto, cuando terminas el paseo, te das cuenta que los rumores son una realidad, el hampa sí está desbordada:  "abrieron el carro, se llevaron lo que consiguieron y ahora a pie porque hay que meterlo en el taller".

Drenando la impotencia, recibes mensajes de solidaridad y resignación, "gracias a Dios está viva, menos mal no se llevaron el carro, no vaya más a ese centro comercial, allí ya no se puede ir todos los días roban", el apoyo se convierte en dolor al saber que como ciudadanos al parecer lo único que nos queda es la resignación, amoldarnos a un nuevo país, estado y municipio en donde la inseguridad es lo que más nos preocupa.

Estudios del Instituto de Investigación para la seguridad y convivencia ciudadana indican que el 95% de las personas considera prioritario el tema de seguridad, por encima del económico incluso. Al  escuchar historias de amigos, familiares, twitteros, lectores, terceros, sobre secuestros, vacunas, asaltos, hurtos, me doy cuenta que en definitiva este no es el país en donde yo nací y en donde quiero que mis hijos crezcan.

Creo que vivir paranoico porque te van abrir el rancho, se van a llevar tu moto, se meterán en tu casa, secuestrarán a tus hijos, te quitarán los zapatos, no es lo que los venezolanos merecemos.

Se ha creado un clima de impunidad y complicidad para que el crimen actúe, que verdaderamente da tristeza con esta hermosa patria y por quienes vivimos en ella.

Creo que es hora que los gobernantes cumplan con su trabajo, dejen la politiquería y apliquen estrategias acertadas en materia de seguridad.

Quisiera escuchar y dar buenas noticias, no lamentables como que a un comerciante le cobren 20 millones de vacuna, que a una maestra que ahorró y abrió una pequeña guardería tres tipos armados delante de los infantes la encañonen para robarla, que a una madre le arrebaten a su pequeño de los brazos para pedirle rescate, que a un estudiante en su universidad lo dejen sin libros sin computadora, me resisto a creer que este es mi país.

Y sí, gracias a Dios en mi caso no fue nada, pero, por qué resignarse, por qué conformarnos a vivir entre el miedo y la zozobra?

No sé tú, pero por ahora mi carta a jugar es ir a votar este 26, todos tenemos al menos una razón para hacerlo, por mis hijos, el futuro, el país yo sí voto.

Ysbelsy Hernández
Periodista
Anzoátegui-Venezuela

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